NADA QUE CAMBIAR: MEJOR SERIE '' PREMIOS VERDIBLANCA 2008 ''

Que grande la serie! ''Nada que cambiar'' fue elegida como la mejor serie escrita del 2008, en los premios Verdiblanca FM!!!

domingo, 19 de octubre de 2008

TEMPORADA 1 - CAPITULO 9

Escena 1


Recapitulemos. ¿Cómo iban a dar caza a los malhechores nuestros amigos? ¿Funcionaría o no funcionaría el olfato de Abou? Claro que sí, allí estaban, delante de una enorme fábrica que se perfilaba como el punto final de su aventura. Pero… ¿cómo entrar?


CÉSAR: No hay manera de entrar sin ser descubiertos.

ABOU: No hay manera de estudiar sin ser unos perros.

CÉSAR: Pues sí, algo de razón tienes…

SERGIO: ¿Y si nos disfrazamos?

CÉSAR: ¿De qué?

SERGIO: No sé… de… ¿repartidor de pizzas?

CÉSAR: ¿Acaso la habrán pedido?

RUBÉN: No pero… serviría de coladero para hacerse el despistado y largarse…

CÉSAR: Claro, cómo no nos vieron el otro día…

RUBÉN: Claro.

CÉSAR: ¡Que nos vieron hombre! ¡No podrá servir de tapadera!

ABOU: ¡No podrá hervir la fregadera!

JUDITH: ¡No!

ABOU: ¡No!

JUDITH: Ahora sí.


Escena 2


Sí, había pasado media hora y las canas en la cabeza de Rubén empezaban a saludar. Quizás la idea de entrar no era demasiado buena, pero la decisión de llamar al timbre estaba ahí. Pero en fin, no podían hacer nada sin el supuesto disfraz.


SERGIO: (al teléfono) ¿Raúl?

RAÚL: ¿Sí?

SERGIO: Soy Sergio… escucha… ¿qué me podrías conseguir un disfraz de pizzero?

RAÚL: ¿Para qué?

SERGIO: Queremos infiltrarnos en la fábrica secreta de la Organización DEPO.

RAÚL: ¿No tenéis otro pasatiempo?

SERGIO: Que va, César acabo todos los Sudokus hace un par de horas.

RAÚL: En fin… veré qué puedo hacer. ¿Dónde estais?

Sí, ese era el plan. Esperar a Raúl. De mientras… podrían seguir esperando y observando esa enorme fábrica, que parecía abandonada y sin señales de vida. A alguno se le pasó por la mente si Abou les había llevado al sitio correcto o no…

RAÚL: Aquí tengo los disfraces.

MARTA: ¿Pero… cuántos traes?

RAÚL: Una docena jeje. Coged los que queráis.

CÉSAR: El de Cenicienta se lo va a poner Sergio, pero yo no.

SERGIO: Ni hablar.

CÉSAR: A ver… Blancanieves no… Forrest Gump no… el de gigoló tampoco…

MARTA: ¿Pero elige uno no?

CÉSAR: ¿Quieres tú este de mofeta?

MARTA: ¡No!

CÉSAR: Pues eso.

JUDITH: Yo me quedo el de monja.

MARTA: Y yo el otro que hay.

CÉSAR: Pues sólo quedan estos tres…

RUBÉN: Sean los que sean, nos ponemos esos. Los que has sacado hasta ahora ni hablar. Antes me pego un tiro.

SERGIO: Entonces, ¿te lo pegas o vamos de los tres cerditos?

RUBÉN: Ouch.

SERGIO: A ver, con uno sólo que se disfrace para pasar por el telefonillo ya está.

CÉSAR: ¡Yo mismo! ¡Cogeré el de monja!


Escena 3


César se disponía a ser el héroe del grupo pero tenía más miedo que Winnie the Pooh en una película de Hitchcock. Ahí va:

VOZ: ¿Sí?

CÉSAR: Soy yo… (con voz ronca e imitando una viejecita)

VOZ: ¿Yo quién?

CÉSAR: ¿Cómo que yo quién? ¡Yo!

VOZ: ¿Quién eres?

CÉSAR: Soy una pobre madre superiora de la Iglesia de Nuestra Santa María.

VOZ: Sí claro, y yo soy Félix el Gato.

CÉSAR: ¿En serio? He visto todas tus películas…

VOZ: ¿Qué? No sí será una monja y todo. ¿Cómo te llamas?

CÉSAR: Esto… Rigoberta II

VOZ: ¿Segunda? Pensaba que las siglas sólo eran para el Papa.

CÉSAR: Ah sí pero yo soy su fiel ayudante.

VOZ: ¿Y qué haces aquí?

CÉSAR: Me he perdido y busco cobijo…

VOZ: Pero, ¿Qué hacías aquí, en Madrid y no en Roma?

CÉSAR: Hombre chico de misión humanitaria…

VOZ: Bueno la abro, pero una cosa… ¿usted cree que podría arreglar lo mío?

CÉSAR: ¿A su voz de ardilla se refiere?

VOZ: No… a mi pase al cielo

CÉSAR: Si me da cobijo se lo aseguro.

VOZ: De acuerdo.


Escena 4


La puerta se abrió y apareció Carlos, la voz del interfono. César agacho la cabeza y se escondió debajo de su capucha.


CARLOS: Hola señora.

CÉSAR: Bésame la mano.

ABOU: (detrás del muro) Marrano.

JUDITH: (a Abou) Cállate.

CARLOS: Por supuesto señora. ¿Podemos hablar de mis pecados?

CÉSAR: Te los perdonaré todos.

CARLOS: ¿Pero puede usted hacer eso?

CÉSAR: Sí, por orden expresa del Papa de Roma.

CARLOS: Pues ahí va.

CÉSAR: Venga dale.

CARLOS: ¿Qué?

CÉSAR: Ay, diga joven diga…

CARLOS: Pues verá, tengo pensamientos impuros… con… con la secretaria.

CÉSAR: Perdonado.

CARLOS: Es que… está casada y…

CÉSAR: Perdonado.

CARLOS: Voy de caza y mato animales.

CÉSAR: Perdonado.

CARLOS: Soy del Madrid…

CÉSAR: Perdonado.

CARLOS: En ocasiones veo muertos…

CÉSAR: ¿Perdón? Bueno, perdonado. ¿Qué más?

CARLOS: Estoy enamorado.

CÉSAR: Perdonado. Bueno, qué digo, eso no es malo.

CARLOS: Es que es de un hombre.

CÉSAR: ¿Y qué?

CARLOS: Que la religión no lo ve bien…y Rajoy tampoco y claro…

CÉSAR: Yo le perdono.

CARLOS: Es que además…

CÉSAR: ¿Qué?

CARLOS: Se lo llevó mi jefe…

CÉSAR: ¿A quién?

CARLOS: Al joven argentino del que me enamoré.

CÉSAR: Sigue contando…

CARLOS: Lo tenía encerrado en el centro comercial que explotó…

CÉSAR: ¿Qué centro? Cuéntemelo des de el principio.

CARLOS: Verá, todo empezó en un avión. Vi a ese joven y me enamoré de él. Luego le seguí a su casa y cómo no me hacía caso lo rapté junto con toda su familia.

CÉSAR: Este perdón va a costar…

CARLOS: Bueno pues no me hacía caso porque no era gay. Entonces, no les hemos hecho nada eh. En el piso encontraron sangre pero fue un señuelo falso que dejamos. Y los destrozos para que pareciera un robo…

CÉSAR: Ya veo…

CARLOS:

CÉSAR: Luego les trajimos a todos al centro comercial, hasta que explotó.

CÉSAR: ¿Y qué fue de ellos?

CARLOS: ¿Te vale que te lo cuente en la siguiente escena?

CÉSAR: De acuerdo.


Escena 5


CÉSAR: ¿Y el cambio porque?

CARLOS: Es para dejarles con algo más de intriga a los lectores jeje

CÉSAR: Ay que ver… estos terroristas qué humor tienen.

CARLOS: ¿Terroristas?

CÉSAR: No, no, dije trabajadores.

CARLOS: No se parecen en nada las palabras.

CÉSAR: Sigue contando o te irás al infierno.

CARLOS: Bueno pues, en el almacén les amarramos bien para que no llamaran a nadie.

CÉSAR: ¿Y no les podían quitar los móviles para eso?

CARLOS: Sí pero somos cazurros, no lo pensamos.

CÉSAR: A ver, hambre no pasaban, les íbamos dando de todo… Después de un tiempo que ya Mape se enteró de que estaban allí, decidimos explotar el almacén.

CÉSAR: ¿Para qué?

CARLOS: Así se pensarían que habrían muerto todos allí.

CÉSAR: Pero si nadie sabía que estaban.

CARLOS: Ahora que lo dices… Bueno, el caso es que los tengo aquí encerrados. Mape se largó a Brasil dejándome a mí todo el marrón.

CÉSAR: Pues para librarte de todo pecado debes soltarlos.

CARLOS: Ni pensarlo.

CÉSAR: Sí, sí… (se le empezó a caer el traje)

CARLOS: Pero tú… ¡No eres una hermana!

CÉSAR: ¿Qué dices hijo mío? (al darse cuenta de que se le caía el traje) Ay madre…

Carlos se abalanzó sobre César y empezaron una pelea. En éstas, el teléfono de César echaba humo con llamadas de Raúl, que estaba fuera con todos. Al no responder, Raúl llamó a la policía, que vino de inmediato.


Escena 6


POLICÍA: ¿Qué está ocurriendo aquí?

RAÚL: Creemos que dentro hay una pelea. Ahí tienen al argentino desaparecido y a su familia. Corran, hagan algo.

POLICÍA: Chicos, abajo la puerta.

CUERPO: Señor, sí señor.

La policía derribo la puerta y se desplazaron al lugar de la pelea.

CARLOS: (a César) Para ya de córrer.

CÉSAR: Si claro, para que me pegues.

CARLOS: Tienes suerte que pese 95 kilos.

CÉSAR: Estoy de acuerdo.

POLICÍA: ¿Qué hacéis?

CÉSAR: ¡Ayuda!

Una vez reducido Carlos, todos pusieron pies en dirección al interior de la fábrica, en busca por fin de la familia de Devo y de éste, claro.


Escena 7


Final feliz. Devo estaba vivo, junto con toda su familia. Pasado ese intenso día, se reunieron todos en el Bar de Manolo para hablar lo sucedido. La familia de Devo contó todo lo que les había pasado. Las cotillas, Alfreda y Rigoberta, no se perdieron ni un solo detalle de cada palabra.

DEVO: ¿Y el morenito quién es?

MARTA: Ya lo conocerás… pero antes a mí…

Llegó al Bar de Manolo la prima de Devo, que pegó un fuerte abrazo a todos. Ella había llegado un día después a San Francisco y fue la que puso los carteles de Se Busca a su familia.

Rubén y Sergio vivían la mala situación económica de sus padres en casa de sus tíos. Las cosas parecían ir mejor. Además, tanto su padre como su madre habían encontrado un nuevo trabajo y se esperaba que en un tiempo pudieran recuperar su casa.

Willy se fue a Cuba. Sí, se ve que le cogió la vena y quiso ir a buscar mujer allí. Según le habían contado las mujeres cubanas tenían un atractivo especial y cogió el primer avión que pudo. Antes, se despidió de todos.

Karina, hija de Mape, iba a formar parte de la clase. La escuela estaba a punto de empezar y se suponía que su padre volvería algún día…

Judith y Abou siguieron viviendo en casa de la primera, que recordemos que se había independizado.

Por último, los chinos chungos fueron vistos por última vez robando en la Tienda de Modesta. Seguían ahí… presentes. Sus fechorías, junto al pasado oscuro de Raúl, serán nuevas atracciones en el futuro.

SERGIO: Entonces Devo, ¿firmas para el equipo de fútbol?


Todas las aventuras tienen un final feliz, pero esta además de tenerlo tiene continuación, así que, Vity, Pol y Devo se tomaran un descanso, y muy pronto volverán con la segunda entrega de los jóvenes más aventureros y raros de todo Madrid


Continuará………………

viernes, 10 de octubre de 2008

TEMPORADA 1 - CAPÍTULO 8

ESCENA 1

¿Willy? ¿Ver a Willy? Tanta tontería si sólo era Willy? ¿Estamos locos o qué? Bueno, el único loco quizás fue el propio Willy, que se había dedicado a imitar una voz argentina para que Marta pensara que se trataba de Devo. Cuando ella se giró y presenció la evidencia, sus esperanzas se ahogaron.

MARTA: ¿Pero qué haces?
WILLY: Romper el hielo.
MARTA: ¿Romper? ¿Te digo lo que te voy a romper?
WILLY: ¿El alma si no cenas hoy conmigo?
MARTA:.. ¿de.. de verdad?
WILLY: Bromeaba.
MARTA: ¡Estúpido!
CÉSAR: Bueno entonces… sin rastro de Devo, sin rastro de Mape y los chinos que se han llevado el furgón con un traidor de la DEPO:
SERGIO: Exacto, seguro que intentará engañarlos de algún modo.
CÉSAR: De varios.
SERGIO: Tendríamos que seguirlos.
CÉSAR: ¿Pero cómo?
SERGIO: No sé… quizás mejor quedemos mañana y los buscamos.
CÉSAR: Ahí está el espíritu español: ¡Vuelva usted mañana!
SERGIO: ¿Cuanto bien hizo Larra con ese artículo eh?
MARTA: Como sigas hablando de Larra perderemos lectores Sergio.
SERGIO: Uy, quizás sí… eh…yo casi que vuelvo para mí no casa.
CÉSAR: Tú… ¿no casa?
SERGIO: Sí, dice mi padre que nos la han quitado.
RUBÉN: ¿Qué? Pero si tu padre es mi padre.
SERGIO: Exacto hermano.
RUBÉN: ¿No tenemos casa?
SERGIO: Siempre nos quedaran los puentes.
RUBÉN: ¿De Madison? ¿En la estantería de DVD’s?
SERGIO: No, no precisamente…

ESCENA 2

En casa de Sergio y Rubén la situación no se había podido reconducir. Judith, su gestora, no consiguió cuadrar sus presupuestos y finalmente les embargaron la casa. Un choque para ésta familia y todo por culpa del inepto de Agustín.

PADRE DE SERGIO: Tranquilos familia, tengo la solución.
MADRE DE SERGIO: Si es una idea de Agustín, quítatela de la cabeza.
PADRE: ¡Ésta vez es buena!
MADRE: …
PADRE: La quiniela ha hecho mucho bien a muchos españoles.
MADRE: ¿Piensas solucionar nuestra situación jugando a la quiniela? ¿Te has vuelto loco?
PADRE: ¡No hombre! ¡A la quiniela no! Digo… ¡no sólo a la quiniela! También a la primitiva, el Gordo, el Niño, a los Ciegos, a los que ven, a los que ven un poquito…
MADRE: Sin ojos acabaras tú si no logras solucionarlo.
SERGIO: A ver, de momento, para evitar los puentes y bancos, lo primero sería llamar a la tía Remedios.
MADRE: ¿Por qué?
SERGIO: Pues para pedirle de instalarnos allí.
MADRE: Sergio, sabes lo insoportable que es.
SERGIO: Sí, pero tiene casa.
RUBÉN: Está en lo cierto.
PADRE: Yo lo veo bien.
MADRE: Claro… tú lo ves todo bien.
PADRE: Va… no te enfades…

(Más tarde)…

SERGIO: (al teléfono): Hola César.
CÉSAR: Hola, ¿Cómo estáis?
SERGIO: Jodidos… viviendo en casa de nuestra tía.
CÉSAR: ¿Pero está cerca?
SERGIO: Si, si vive aquí al lado.
CÉSAR: Pues nunca había oído nada de ella.
SERGIO: Bueno es que no la queremos demasiado que digamos.
CÉSAR: ¿Y ella?
SERGIO: No, ella tampoco.
CÉSAR: ¿Por qué?
SERGIO: Quizás tenga algo que ver con esa vez que la abandonamos en Arizona en uno de nuestros viajes.
CÉSAR: Tal vez… oye, ¿vendrás a la busca de los chinos?
SERGIO: ¿Cuándo?
CÉSAR: Hemos quedado mañana. Se ve que hoy Marta no estaba de humor.
SERGIO: ¿Lugar de reunión?
CÉSAR: Tu casa.
SERGIO: Pero si…
CÉSAR: Jejeje, era broma. Bar Manolo.

ESCENA 3

En esos mismos momentos, en casa de Marta, la pobre estaba a punto de llegar al ataque de nervios.

MARTA: ¡Mamá!
MADRE: ¿Sí?
MARTA: Quiero, quiero, quiero ver a Devo.
MADRE: No sé quién es.
MARTA: ¡Tu futuro yerno!
MADRE: ¿Qué? ¿Qué tienes novio y no me lo habías contado?
MARTA: ¡Ese no es el tema! ¡Ha desaparecido!
MADRE: ¿Desaparecido?
MARTA: Sí, lo ha capturado una organización terrorista y…
MADRE: ¿Cómo? No, no me gusta ese chico.
MARTA: Pero como no te va a gustar si nunca lo has visto.
MADRE: Organizaciones terroristas… desapariciones…
MARTA: Él no tiene la culpa.
MADRE: Marta te voy a decir una cosa.
MARTA: ¿Qué?
MADRE: Te prohíbo que vuelvas a verle.
MARTA: Pero si espero un hijo suyo…
MADRE: ¿Qué?
MARTA: Que no, que es mentira, pero, ¿cómo no me vas a dejar verle?
MADRE: Te lo prohíbo de todas todas.
MARTA: Pero pero…
MADRE: (marchándose de la habitación) Y punto.

Marta se quedo… algo… decepcionada.

MARTA: (cogiendo el teléfono y marcando rápido).
VOZ: ¿Sí?
MARTA: ¿Devo?
VOZ: Este, yo no me llamo Devo viste?
MARTA: Pero esa voz…
VOZ: Es característica de nuestro país.
MARTA: Pero si he marcado…
VOZ: Has marcado el número de Albañilerías Rodríguez.
MARTA: Pero sí… bueno nada…

Marta volvió a probarlo. Nunca sabes si puedes acertar al azar el número de alguien. ¿Nunca lo han probado?

VOZ 2: ¿Sí?
MARTA: Quiero un abogado.
VOZ 2: (imitando a Robert de Niro) ¿Abogaaaado?
MARTA: Sí hombre, no ven que he perdido a mi amado.
VOZ 2: (sigue con la imitación) Tú no sabes lo que estás diciendo tio. ¿Un abogaaado? ¿Abogado estás ahí? Me he pasado 15 años en la cárcel, puedo esperar un día más. Sé más que tú. En todo, en filosofía abogado. Sal ratita...
De locos está el mundo lleno. Esperemos que la próxima vez no nos equivoquemos de persona…

MARTA: (marcando otro número…) Hola.
VOZ 3: ¿Teniente Dann?
MARTA: No, soy Marta.
VOZ: ¿Jenny? ¿Jenny eres tú?
MARTA: No…
VOZ: ¿No? Mi mamá dice que la vida es como una caja de bombones… Nunca sabes quién te va a llamar.
MARTA: ¿Eres Forest?
VOZ: Me llamo Forest, Forest Guuuump.
MARTA: ¡Ah Hola Forest! ¿Cómo van las piernas? ¿Eres tonto o algo?
VOZ: Mi mamá dice que los tontos son los que hacen tonterías Jenny.
MARTA: ¡Cuelgo! (y colgó)
VOZ: Si hubiera sabido que era la última vez que Buba y yo íbamos a hablar… habría pensado algo diferente para decirle…

ESCENA 4

Llego el día de la quedada general para ir en busca de los chinos chungos, el colaborador de DEPO, de Devo y de Forest. ¿De Forest también? Sí… cuando Marta se lo explicó a los chicos Sergio quiso un autógrafo.

ABOU: Yo puedo encofrarlo.
MARTA: ¿Qué?
ABOU: Que puedo encofrarlo.
MARTA: ¿A quién?
ABOU: A la furgofreta.
MARTA: Ah, encontrar a la furgoneta. ¿Cómo?
ABOU: Tengo un olfato muy desenrollado.
MARTA: Desarrollado.
ABOU: Sí.
CÉSAR: Abogaaaado.
MARTA: Oh vamos César déjalo ya.
CÉSAR: Sal ratita quiero verte la colita…
MARTA: Deja de imitar esa estúpida película. ¿Judith, crees que Abou puede seguir el rastro?
JUDITH: Puede ser… puede ser… aunque yo me fiaría más de Willy.
MARTA: ¿De Willy?
JUDITH: Sí, instaló un chip a la furgoneta. Si ha conservado el receptor puede localizarla.


ESCENA 5

Para entonces, Abou ya había encontrado la furgoneta… No sirvió de demasiado Willy, como es normal. Ahora, ¿qué les pasaría a los chicos? ¿Conseguirían por fin empezar el colegio y los partidos de fútbol todos juntos? ¿Aparecería Devo? Todo ello y mucho más en el último y más extenso capítulo de la primera temporada. Ésta serie es como una caja de bombones, nunca sabes cómo se va a acabar…

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